Las manchas cutáneas originadas por fotodaño, también conocidas como discromías inducidas por la exposición solar, son una preocupación común en dermatología. Este tipo de pigmentación irregular en la piel se produce debido a una serie de factores, siendo la radiación ultravioleta (UV) uno de los principales desencadenantes. La exposición crónica a los rayos UV provoca la activación de melanocitos, células encargadas de la producción de melanina, resultando en una sobreproducción de pigmento y, en consecuencia, en la aparición de manchas. Otros factores como la genética, el envejecimiento y la inflamación también pueden contribuir a la formación de estas manchas cutáneas.

El fotodaño en la piel puede manifestarse en una serie de problemas como arrugas, manchas oscuras o léntigos, flacidez, envejecimiento y un aumento considerable del riesgo de cáncer de piel. Sus principales causas son: Exposición solar sin protección - Pasar tiempo al sol sin usar protector solar adecuado es una causa principal. Los rayos UVB y UVA del sol dañan las fibras de colágeno y elastina, lo que lleva a la formación de manchas, arrugas y pérdida de elasticidad; Bronceado y quemaduras solares - Broncearse y sufrir quemaduras solares repetidamente aumenta significativamente el riesgo de fotodaño. Cada quemadura solar daña la piel; Exposición prolongada - La exposición crónica al sol, incluso sin quemaduras, puede acumular daño con el tiempo.

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