El poro abierto es un pequeño orificio de la piel por donde sale un pelito muy fino y está rodeado por una glándula sebácea. El tamaño del poro depende del tamaño de la glándula sebácea y este, a su vez, depende de la genética, la edad y la influencia hormonal.
Un poro abierto significa que hay una glándula sebácea grande. Por esa razón, solo medicamentos que tengan la capacidad de influir en el tamaño de la glándula sebácea pueden influir en el tamaño del poro.
¿Qué podemos hacer para cerrar los poros?
Lo más importante para que no se vean tanto los poros abiertos es mantenerlos desobstruir. Esto quiere decir que la piel se debe mantener muy limpia y no usar cremas o maquillajes oleosos o “muy pesados”. Las preparaciones antioxidantes y las que contienen alfa y beta hidroxiácidos ayudan a mantener los poros limpios y los hacen menos visibles.
La alimentación sana es muy importante para la salud de los poros. El exceso de carbohidratos y lácteos actúan sobre las hormonas que favorecen el crecimiento de los poros. En cambio, tener una alimentación sana, a base de proteínas, frutas, verduras frescas y tomar mucha agua nos va a mantener sanos y por lo tanto con una piel sana.
El uso del protector solar es importantísimo porque el
daño solar crónico altera las fibras elásticas y el colágeno que le dan soporte al folículo, y esto también contribuye a los “poros abiertos” de las personas de edad avanzada. Por eso los dermatólogos insisten tanto en el uso del protector solar diario. Esta es probablemente, la herramienta más importante que tenemos para tener una piel sana y joven.